jueves, 4 de octubre de 2012

Por el valle del río Monachil


Pero si ya está aquí el otoño…

 Y con la llegada del otoño también hemos tenido, como si de una ofrenda de buena voluntad o un regalo de bienvenida se tratase, un poco de lluvia y hasta de nieve en Sierra Nevada; ya es el momento de volver a la baja y media montaña. Después de la temporada de verano en que casi todas las rutas se hacen a partir de los 3000 m de altitud, este cambio de escenarios ya empezaba a apetecer.


Es Octubre, y se nota. El campo descansa con un suspiro de alivio después de tantas semanas de sol impenitente; la esencia del otoño se empieza a intuir en el aire, y el paisaje tiene ganas de contar que ha vuelto, un año más, el hecho renovador del cambio de estación. A todos nos gusta contemplar cómo se produce ese milagro, como un ritual de alternancia de contrarios: frío y calor, tierra y cielo, luz y oscuridad, pena y alegría, sonido y silencio... claro que sí.


Casi envuelto por la perfumada bruma mañanera, nuestro animado grupo de 14 compañeros ha salido desde la urbanización de Cumbres Verdes a muy buen paso, siguiendo la pista forestal que nos lleva al Cortijo del Hervidero primero, y a la reserva forestal de la Cortichuela después.




 Una breve parada para el desayuno -una mesa para nosotras, otra para ellos- y tomamos la pista que nos lleva, rodeando por detrás el cerro Huenes, a lo largo de más kilómetros de carril (afortunadamente nada polvoriento, gracias a las lluvias de los últimos días) directamente hasta la Central de Diéchar.




Poco a poco descendemos hacia el cauce del Monachil; este río nace en la falda del Veleta y su curso alto está en plena estación de esquí, tanto que incluso está cubierto para ser utilizado en invierno como pista.
Continuamos bajando, unos por el carril y otros a través de un senderillo medio perdido entre brezos en flor y romero, hasta coincidir de nuevo en la pista que discurre casi paralela a la corriente del río, y que nos deja en la Central Eléctrica de Diéchar, construída en 1919 y que aún sigue en funcionamiento.




A partir de aquí una espectacular vereda nos conduce a un cañón por cuyas profundidades fluye el río, ruidoso y enriscado; unas altísimas e impresionantes paredes de piedra al pie del cerro de los Poyos, con restos de bosque mediterráneo de encinas y algunos robles son ahora el paisaje.




Después de la parada para comer retomamos la senda del cañón, atravesando imponentes barrancos por una zigzagueante vereda empedrada que parece colgada a duras penas de la ladera, y tras pasar por otra pequeña central eléctrica, la de la Vega, por fin llegamos a la parte más conocida de la ruta: los Cahorros del río Monachil, que corre ahora encajonado entre paredes de más de 30 m de altura; es un lugar de prácticas de escalada muy frecuentado.

 El Túnel de las Palomas, por el que el río pasa escondido, nos obliga en algunos tramos a pasar con cuidado, aunque hay sujecciones en la roca que minimizan el riesgo de caer al agua -por cierto, algo contaminada tras atravesar las urbanizaciones de la estación de esquí-.




Cuando salimos de la parte más angosta del cañón nos encontramos con un puente colgante de 63 metros de largo, construído a principios del siglo XX, que cruza el río sobre una cascada. Cuántas veces habremos pasado por él, pero... ¿por qué a algunos sigue haciéndonos gracia pisar esas tablas aparentemente inestables, e incluso nos provocan, como si fuésemos niños malos, unas ganas casi irresistibles de saltar y balancearnos...?


La ruta continúa por una senda con escaleras y barandas de madera en la que más adelante pasamos por otros puentes colgantes más pequeños; el camino es cómodo y bonito, y a menudo está lleno de gente.
Ya muy cerca de la población de Monachil, tras atravesar una zona de huertos con cerezos, higueras y viñas, llegamos a la última central eléctrica: la de Tranvías, donde además hay una fuente, y desde aquí un carril nos deja por fin el pueblo, final "oficial" de la ruta.



Una excursión de unos 28 kms que no cansa al ser la mayoría del recorrido de bajada y los senderos muy cómodos. Es muy accesible sobre todo en los tramos más cercanos al pueblo de Monachil.


TEXTO: MARILÓ
FOTOS: CLUB SENDEROS
TRACK Y PERFIL: MARILÓ
VIDEO DE LA RUTA: RAFAEL GARCÍA  Por el Valle del Monachil
 

1 comentario:

  1. Genial. Esta tarde di un paseo por la parte final del recorrido y me preguntaba si habría alguna ruta de senderismo. Me la apunto.

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