martes, 7 de febrero de 2012

De Nerja al Pico del Cielo

He leído en alguna parte que es el desnivel más pronunciado de la costa mediterránea; el Pico del Cielo, con sus 1502 m de altitud se eleva casi justo por encima de la Cueva de Nerja y su vereda de ascenso -la llaman la "cuesta del infierno"- es un continuo subir y subir, salvo por el pequeño respiro un poco antes de las ruinas del Cortijo de la Civila, hasta la cumbre.
A pesar del frío de estos días, trece compañeros y Bernardo, el canino senderista del abrigo con capucha, nos hemos dado cita donde siempre, dispuestos a desafiar el viento helado que se esperaba -y que por supuesto, no ha faltado a la cita...


Desde los aparcamientos de la Cueva de Nerja tomamos el carril que lleva al Área Recreativa del Pinarillo, y tras 3 kms de pista (que alguna gente recorre con los coches a pesar de que está para todoterrenos y poco más) tomamos el sendero del Cielo propiamente dicho, que se inicia en otro carril y da paso algo después a una senda bien señalizada y clara, donde ya nos espera lo "bueno".


Como la vereda asciende muy rápidamente, en poco tiempo empiezan las vistas, las increíbles vistas desde las laderas envueltas en jaras y romero del Cielo; cuesta trabajo no pararse continuamente y dejarse llevar por la sensación de que todo lo demás se queda "abajo".
 Enfrente, el Mediterráneo con sus barcos, sus reflejos cambiantes y el horizonte al que se asoman algunas montañas africanas; a la izquierda, la Costa Tropical de Granada; a la derecha, la Costa del Sol y sus pueblos hasta más allá de Málaga capital, y detrás y alrededor, la Almijara tan grande, tan ella, y algunas de sus cimas: la Maroma con su poquito de nieve, el Lucero, el Almendrón, el Cisne, los Tajos del Sol, el Navachica...



La subida es cada vez más dura, y el viento, que desde que alcanzamos la cuerda del Cielo va arreciando, nos pone la cosa complicadilla: cada vez cuesta más avanzar. Pero la cumbre rocosa y la cruz espejada se ven siempre delante y es como si nos diesen ánimos para seguir; el sendero, que ahora es pedregoso y aún más empinado, está indicado de vez en cuando por unos puntos azules, y quiere llevarnos incansable hasta arriba.


Aunque el viento es cada vez más frío y más fuerte y a algunos compañeros se lo está poniendo más difícil,  al rato, unos mejor y otros peor; unos antes y otros después, y todos con mucho frío, nos reunimos en el vértice geodésico, la cruz -a la que dentro de poco ya no le quedará ningún espejo- y ese cartel tan obvio que indica el "fin de sendero".



Para comer nos apretujamos mucho en la corraleta que hay allí arriba, y muy juntitos para darnos calor, terminamos rápidamente y nos planteamos la vuelta: queremos hacerla dando un rodeo por la Fuente del Esparto, pero el frío y el vendaval nos desaniman y finalmente volvemos por la vereda de subida, haciendo así una ruta lineal de unos 20 kms.


Algunos compañeros habían subido ya al Pico del Cielo; para otros ha sido nuestra primera vez. Frío, resbalones, alguna caída por el viento, da igual; ya hemos estado allí, y ha merecido la pena.
Seguro que volveremos...



TEXTO, TRACK Y PERFIL: MARILÓ.
FOTOS: CLUB SENDEROS.

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