miércoles, 22 de febrero de 2012

Al refugio "Miramundos" por el Gargantón.

La sierra de Mágina tiene para mí un significado especial, no sólo porque, jienense como soy, la he visto recortarse, en la lejanía, cada vez que me acercaba a la capital, sino también por ser mi primer dos mil, subida que realizamos un grupo de jóvenes amigos hace más de treinta años, cargados de ilusiones y unas sencillas mantas ruanas. Supongo que este sentimiento es el que tienen los granainos de toda la vida ante Sierra Nevada.

Sin embargo el "Gargantón" lo conocí tan solo hace dos años, quedándome asombrado por el silencio de sus formaciones rocosas y la atmósfera entrañable del bosque de pinos salgareños, muchos de ellos centenarios, que lo protege en toda su cabecera. Así que estaba ilusionado en volver de nuevo y el programa del club me daba esta oportunidad.


La excursión empezó tarde para mi gusto y el de muchos, pues las 9 de la mañana no son horas para salir a una sierra que está a hora y media en coche desde Granada. Tal "flojedad" nos lo hizo pagar la "sierra" impidiéndonos subir a su cima por falta de tiempo.

Nos fuimos por Iznalloz, atravesando la comarca de Los Montes, tierra austera y deforestada, que desde hace mucho tiempo sustituyó los bosques de encinas por campos de olivos y cereales: Piñar, Torre-Cardela, Moreda, Gobernador.........pueblos agrícolas que uno tiene la sensación, al verlos en la distancia, de que una vez existieron y ahora no son; de que todos sus habitantes se fueron a Granada y sólo existen ahora para recordar. Sin embargo nuestra compañera "Basi" nos sacó pronto de esos sentimientos cuando empezó a contarnos cosas de su infancia en "Las Laborcillas", su pueblo natal, y que yo, por mucho que lo intenté, no conseguí divisar, tan fusionado estaba con los campos: la escuela unitaria, su madre nonagenaria que vivía allí, su hermano que regentaba el único bar......mientras hablaba, la emoción natural por la tierra de uno le iba saliendo y a punto estuvimos de parar y tomarnos todos el café al que nos invitó en el bar de su hermano. "Laborcillas"......la primera vez que lo oía.


A la altura de Huelma, el murallón de rocas que es el macizo de Sierra Mágina, se nos presentó en toda su magnitud y un poco más adelante, el "Gargantón" que lo abre por su cara sur. En Bélmez de la Moraleda (de sus "famosas caras" no hablo porque, furibundo racionalista que soy, nunca he dado ningún crédito a esos asuntos) el autobús se metió por un carril terrero, que, según los lugareños, era de generoso y suficiente ancho y que según nosotros era estrecho, mezquino y bacheado. El "avispado y decidido" conductor que nos cayó en suerte tampoco ayudaba a nuestra tranquilidad.....En fin, empezamos a subir a las once menos diez, y algunos, conocedores como se las gasta "el club" a la hora de hacer el primer descanso y comer algo (puede ser a las 11, 11.30, 12, 12.30.......) empezaron a preparar la estrategia: ¡vamos a comer algo ya, ¿no?! Rápidamente recibieron el contraataque:¿ya, tan pronto? Hubo tablas y acuerdo para más adelante. El sendero del "Gargantón" empieza a subir junto al río del mismo nombre, unas veces por la orilla izquierda, otras por la derecha, hasta llegar al precioso afloramiento principal, un kilómetro más arriba. Este año el caudal es escaso, siendo, no obstante, muy hermoso verlo surgir entre las calizas.


Más arriba nos encontramos un estrechamiento del barranco flanqueado por rocas de formas sugerentes....(fálicas, decían unos; otros que no, que eran pollas, claramente)...., continuando casi siempre por el cauce del río, en estos momentos ya seco por la filtración de las aguas. Llegados a la intersección de dos barrancos aparecen los primeros titubeos sobre el camino a seguir: algunos sostenían con fe ciega de libro sagrado lo que indicase el "track"; otros, que no, que por el otro barranco, que la última vez se perdieron por el anterior. Los gps y mapas empezaron a echar humo, optándose por el de la derecha. Desde este momento la suerte estaba echada: ya no llegaríamos al Pico Mágina por falta de tiempo, pero sí al refugio Miramundos, nombre tan bello como la cima donde se encuentra. A partir de aquí los pinos salgareños son cada vez más numerosos y longevos. Algunos podrían tener 200 años por lo menos: ejemplares fuertes, autosuficientes, que han aguantado el paso del tiempo y de los seres humanos.........Las pendientes cada vez eran más fuertes y algunos del grupo lo empezaron a notar: unos retomaban la actividad senderista después de cierto tiempo; otros no estaban bien ese día, pero a pesar de todo terminaron la ruta estoicamente, sin quejarse de nada. Desde aquí quiero resaltarlo........Sobre los 1900 metros, el grupo se dividió, atacando la mayoría la pendiente final al refugio Miramundos (2077 metros).


En la cima almorzamos "cara al sur", protegidos del intenso frio por la pared del refugio, todos juntos en dos metros lineales.Desde la cima, se podía vislumbrar en la lejania, descansando, Solera y Jódar; más allá el valle del Guadiana Menor y rodeándolo todo, las montañas de Jaén. La bajada la hicimos hacia el centro de interpretación existente cerca de Mata Bejid, lugar hermoso por su nacimiento de agua y esbelta arboleda, buscando atajos para no "sufrir" el camino terrero y acompañados por una dulce tarde. El centro se encuentra en una zona recreativa  resguardada por robles y grandes encinas y, como casi siempre, estaba cerrado. Uno tiene la sensación que en Andalucía los organismos públicos sólo abren cuando no se les necesita.


Para terminar la "excursión perfecta" sólo faltaba la cerveza en el bar de turno. Cerveza que unifica y consuela. Pero he aquí que empezó a extenderse rápidamente un sombrío temor por todo el grupo: ¿pararía el "astuto" conductor, deseoso de irse a casa? ¿Podrían nuestras indignas súplicas de clientes que pagan el autobús contra la vieja estrategia del conductor  de hacerse el longuis? ¿Primer asalto, k.o. a favor del conductor a la altura de Cambil!; ¡segundo asalto a favor nuestro por puntos y combate ganado a la altura de Carchelejo!

Con la cerveza trasegada, nos dirigimos hacia Granada, algunos semidormidos, otros entre risotadas por los chistes que viraban desde los de "jaimito" hasta los ordinarios y todos calmados por el atardecer rojizo que nos envolvía más allá de la Vega.

TEXTO Y FOTOS:
JOSÉ OSORIO MENGÍBAR.


martes, 14 de febrero de 2012

Guájar Faragüit-Las Albuñuelas

”.

Los Guájares , en árabe, lugar abrupto, escarpado, de difícil acceso, y nombre de un bello valle subtropical formado por el rio La Toba,y municipio formado por las localidades de Guájar Fondón, Guájar Alto y como núcleo mas importante y que alberga su ayuntamiento  Guájar Faragüit, cuyo nombre significa “jardín escondido”.





 ”. Es de esta última localidad de donde hemos partido esta mañana de domingo para recorrer una bonita ruta que nos ha llevado a lo largo del rio La Toba,



  Es de esta última localidad de donde hemos partido esta mañana de domingo para recorrer una bonita ruta que nos ha llevado a lo largo del rio La Toba,




por una vereda sinuosa y serpenteante , haciéndonos pasar entre bancales de naranjos, limoneros, granados, chirimoyos, aguacates, etc. todo un autentico vergel, 



en ocasiones pasábamos por túneles formados por la exuberancia vegetal del camino, 


camino que nos ha conducido hasta la localidad de Guájar Alto, que como su nombre indica es la que se encuentra a mayor altura de las tres localidades que forman el municipio.



De aquí hemos salido por la llamada ruta “Los Guájares-Las Albuñuelas”


” camino  que a ratos transcurría  por pistas a veces de hormigón a veces de tierra batida y otras por estrechas veredas,


, pero siempre en constante ascenso, 




 









 para al final desembocar en un cortafuegos que nos ha exprimido las energías que nos quedaban ,

 pero era el final de tanta subida y hemos aprovechado para hacer un alto y reponer esas energías perdidas a lo cual han contribuido considerablemente las botas de vino que varios compañeros han aportado,



, desde aquí solo quedaba dejarse caer  a través de una  impresionante rambla que nos ha conducido a las inmediaciones de La Albuñuela , nuestro destino y punto final de hoy. 


 Parada obligatoria a tomar unas cervecitas ( “que nos hemos ganado”) y al autobús que espera para traernos de vuelta .


Día muy completo con algunos despistes que han hecho que algunos despistadillos hagamos algunos kilómetros más, la próxima vez procuraremos estar mas atentos , de todos modos quiero desde aquí dar las gracias a los que tuvieron la amabilidad de esperarnos.
Hasta la próxima salida amigos.

TEXTO Y FOTOS:
ANTONIO CORTÉS.





martes, 7 de febrero de 2012

De Nerja al Pico del Cielo

He leído en alguna parte que es el desnivel más pronunciado de la costa mediterránea; el Pico del Cielo, con sus 1502 m de altitud se eleva casi justo por encima de la Cueva de Nerja y su vereda de ascenso -la llaman la "cuesta del infierno"- es un continuo subir y subir, salvo por el pequeño respiro un poco antes de las ruinas del Cortijo de la Civila, hasta la cumbre.
A pesar del frío de estos días, trece compañeros y Bernardo, el canino senderista del abrigo con capucha, nos hemos dado cita donde siempre, dispuestos a desafiar el viento helado que se esperaba -y que por supuesto, no ha faltado a la cita...


Desde los aparcamientos de la Cueva de Nerja tomamos el carril que lleva al Área Recreativa del Pinarillo, y tras 3 kms de pista (que alguna gente recorre con los coches a pesar de que está para todoterrenos y poco más) tomamos el sendero del Cielo propiamente dicho, que se inicia en otro carril y da paso algo después a una senda bien señalizada y clara, donde ya nos espera lo "bueno".


Como la vereda asciende muy rápidamente, en poco tiempo empiezan las vistas, las increíbles vistas desde las laderas envueltas en jaras y romero del Cielo; cuesta trabajo no pararse continuamente y dejarse llevar por la sensación de que todo lo demás se queda "abajo".
 Enfrente, el Mediterráneo con sus barcos, sus reflejos cambiantes y el horizonte al que se asoman algunas montañas africanas; a la izquierda, la Costa Tropical de Granada; a la derecha, la Costa del Sol y sus pueblos hasta más allá de Málaga capital, y detrás y alrededor, la Almijara tan grande, tan ella, y algunas de sus cimas: la Maroma con su poquito de nieve, el Lucero, el Almendrón, el Cisne, los Tajos del Sol, el Navachica...



La subida es cada vez más dura, y el viento, que desde que alcanzamos la cuerda del Cielo va arreciando, nos pone la cosa complicadilla: cada vez cuesta más avanzar. Pero la cumbre rocosa y la cruz espejada se ven siempre delante y es como si nos diesen ánimos para seguir; el sendero, que ahora es pedregoso y aún más empinado, está indicado de vez en cuando por unos puntos azules, y quiere llevarnos incansable hasta arriba.


Aunque el viento es cada vez más frío y más fuerte y a algunos compañeros se lo está poniendo más difícil,  al rato, unos mejor y otros peor; unos antes y otros después, y todos con mucho frío, nos reunimos en el vértice geodésico, la cruz -a la que dentro de poco ya no le quedará ningún espejo- y ese cartel tan obvio que indica el "fin de sendero".



Para comer nos apretujamos mucho en la corraleta que hay allí arriba, y muy juntitos para darnos calor, terminamos rápidamente y nos planteamos la vuelta: queremos hacerla dando un rodeo por la Fuente del Esparto, pero el frío y el vendaval nos desaniman y finalmente volvemos por la vereda de subida, haciendo así una ruta lineal de unos 20 kms.


Algunos compañeros habían subido ya al Pico del Cielo; para otros ha sido nuestra primera vez. Frío, resbalones, alguna caída por el viento, da igual; ya hemos estado allí, y ha merecido la pena.
Seguro que volveremos...



TEXTO, TRACK Y PERFIL: MARILÓ.
FOTOS: CLUB SENDEROS.