martes, 15 de mayo de 2012

Al Cerro del Cisne por El Acebuchal

Qué escarpado es, qué metido está en esa serranía aparentemente arisca de la Almijara: parece inaccesible y lejos de todo, y tiene la fama de ser el pico con la ascensión más difícil de la zona. Su silueta resulta tan llamativa que una vez que aparece ante nosotros es difícil dejar de mirarlo...y aunque tiene una altitud modesta -no llega a los 1500 m- comparada con las cumbres de Sierra Nevada, al estar tan cerca del nivel del mar, su aspecto es, de verdad, imponente.


El tiempo anormalmente caluroso de estos últimos días no nos ha dado un  respiro, pero teníamos bastantes ganas de volver al Cisne -algunos han subido hoy por primera vez-, y trece compañeros hemos salido con muchos ánimos desde esa aldea reconstruída hace poco con verdadero mimo para uso turístico y que tiene, siendo tan pequeña, una historia tan grande: El Acebuchal.



Uno de nosotros ha ejercido de guía no sólo llevándonos hasta la cumbre, sino además documentándonos con algunos datos sobre la historia del lugar y las muchas cosas que aquí pasaron. Así que entre ratitos de parada para relatar sucesos y otros de marcha, y siempre con bastante calor desde el inicio de ruta, los primeros tramos han sido muy entretenidos.


En una curva justo antes de la entrada a la aldea comienza nuestra vereda, que sigue el trazado del Barranco Acebuchal y que está regular por culpa de las lluvias; sube cómodamente hasta una pista forestal que nos deja muy cerca de las ruinas de la Venta de Cebolleros, en pie desde el siglo XVIII y que fue escenario durante la posguerra de muchos enfrentamientos entre la guardia civil y los guerrilleros antifranquistas, como tantos rincones de esta zona.


Más adelante alcanzamos la pista que nos lleva al Collado de Blanquillo, desde donde aparece el Cisne engañosamente cercano, impresionante, con esas laderas tan empinadas llenas de vegetación casi cerrada, y sin una vereda de subida visible. A partir de aquí la pista va descendiendo hasta llegar al cauce del río Higuerón, que por cierto, a nuestra vuelta ha resultado providencial para refrescarnos y beber. Con sus aguas se llena una balsa para incendios que está junto a un pequeño helipuerto, y que con el calor que llevábamos a estas alturas de ruta, nos ha parecido muy tentadora a más de uno.


Un poco más arriba del cruce del río comienza el sendero de ascensión; está señalizado con un hito de piedras y es fácil confundirlo con un barranco que baja paralelo a él. Esta senda de subida no es larga (unos 2 kms) pero sí muy complicada por el desnivel (unos 700 m) y porque en algunas zonas está medio cerrada por la maleza y algo deshecha por la erosión del terreno, pero de vez en cuando aparece algún hito hecho con piedras o alguna roca pintada, que ayudan a no despistarse.


La vereda se pierde casi del todo poco antes de llegar al Collado de los Maquis -se llama así porque según se cuenta, el Cisne era uno de los refugios preferidos de estas gentes de la sierra, precisamente por lo difícil de sus accesos-. La verdad es que pasado ese collado, la cosa se empieza a complicar...



La cumbre del Cisne está formada por tres crestas rocosas con una explanada en el centro que se llama la "maceta del Cisne", y hay que trepar un poco para poder alcanzarla. Desde este punto, la cima real se divisa cercana, con un buzón metálico justo sobre los últimos roquedos a salvar; este punto es un erizado pedregal al que hay que subir casi con los dientes, pero llegar hasta el final y poder descansar el cuerpo y la mente con las vistas espectaculares de toda la parte central de la Almijara (el Navachica, el Almendrón, el Cielo, Cerro Verde, el Lucero y el Lucerillo, el Puerto de Frigiliana, las cuencas de los ríos Higuerón y Chíllar, y por supuesto, el mar), nos hace pensar a todos que tanto esfuerzo y tanto rato de calor han merecido la pena.



No todos hemos conseguido hacer cumbre; algunos compañeros se volvieron antes porque el calor y la dureza de la ruta han sido demasiado para ellos; pero en el bar del Acebuchal, el que regentan Antonio y Virtudes, descendientes directos de antiguos pobladores de la aldea, nos hemos vuelto a reunir los trece, cansados, algunas caras quemadas, pero todos contentos y pensando ya en la próxima salida...


El calor ya ha llegado y parece que para quedarse: la alta montaña, con temperaturas más suaves en esta época del año, nos está esperando.




TEXTO: MARILÓ
FOTOS: CLUB SENDEROS
TRACK Y PERFIL: MANOLO Y ENCARNI
VIDEOS DE LA RUTA: RAFAEL GARCÍA 
Cerro del Cisne, parte I
Cerro del Cisne, parte II





1 comentario:

  1. hola mariló, muy bien como siempre tus comentarios por donde andamos. hoy hemos estado por esa serranía de. malaga por donde estaban los maquis , como no ha comentado carlos ,, muy bien por ti y por carlos ,,

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