lunes, 26 de marzo de 2012

Collado del Alguacil-Alto de los Catifas-Piedra de los Soldados

"...Así que, finalmente, fuisteis diecisiete a la ruta, no...?"

"Pues sí; dos compañeros eligieron una ruta alternativa, y los otros quince optamos por la clásica lineal desde el Collado del Alguacil hasta la Piedra de los Soldados; la verdad es que algunos pensábamos que el grupo sería más grande porque la ruta es tan bonita que lo merece, pero otros opinaban que hemos sido bastantes, teniendo en cuenta que el día anterior fue el cambio de hora y ese domingo era día de elecciones autonómicas."



"¿Y qué tal el tiempo?"
"El día ha sido bonito aunque estaba bastante nublado, pero eran nubes altas, de esas que parece que se persiguen unas a otras, y que aunque pinten todo de color gris no acaban descargando agua; ya por la tarde hemos tenido algunos claros. La verdad es que la niebla convertía las cumbres de Sierra Nevada en fantasmas de sí mismas, las siluetas casi invisibles entre el blanco de la nieve y de las propias nubes, dando una imagen casi espectral del Veleta, el Mulhacén, la Alcazaba, Vacares, el Picón de Jeres..."


"Uf, sí: por muchas veces que se vaya por esa zona -y mira que hemos ido veces-, no se cansa uno de volver la mirada y dejarse impresionar por enésima vez ante esa línea inmensa de cumbres. ¿Y había gente por allí?"

"No; solamente hemos coincidido con un par de muchachos que iban hacia el Picón de Jeres; hemos compartido con ellos esa vereda tan cómoda que recorre la Cuerda del Alguacil y que hoy tenía un poco de nieve en algunos tramos y estaba preciosa. A la ida hemos pasado de largo por el Alto de los Catifas dejando esa subida para la vuelta, porque no sabíamos cómo íbamos a estar de tiempo".


"Ese sendero es muy cómodo: al no tener grandes desniveles se puede caminar por él a buen ritmo, y a mí además me gusta porque es fácil ver por allí vacas, caballos, cabras..."


"Pues hoy no hemos visto ninguna vaca, pero sí caballos y algunos machos monteses impresionantes, que por cierto nos han mirado con una indiferencia casi insultante, jajaja...el ritmo de marcha ha sido rápido, y hemos llegado casi sin darnos cuenta a la Piedra de los Soldados; tan pronto era, que antes de comer decidimos subir un poco más, hasta los Miradores. Luego hemos vuelto a la Piedra de los Soldados para comer; ese ratito hasta hemos tenido un poco de sol...¡te puedes imaginar cómo se estaba allí...! Esa zona de pastos serranos es una de mis favoritas de la sierra, y el hecho de ir caminando y tener siempre, ya sea a la derecha o a la izquierda según el sentido de marcha, esa panorámica con las nortes de todas las grandes alturas de Sierra Nevada, es un privilegio."


"Y supongo que como era día de elecciones, os habreis dado prisa para volver temprano y poder votar...¿cuánto habeis tardado en la ruta?"
"Pues para la vuelta, nos hemos separado en dos grupillos: los del primero han corrido mucho, y los demás han subido al Catifas, varios de ellos por primera vez. Las vistas desde ese punto, a casi 2400 m de altitud, son 360 grados de horizonte sin fin.


 En total, y contando las paradas -muy breves- para comer o tomar un respiro, han sido unas 7 horas en ruta, y según el GPS, unos 24 kms.
Ah, se me olvidaba contarte que era el santo de Encarni, nuestra "presi", y en la parada del desayuno todos le hemos cantado el "Feliz, feliz en tu día", con una especie de politonalidad que habría levantado de su tumba al mismísimo Fofó (que era muy buen músico, por cierto)."



"Jajaja...bueno, pues ya veo que lo habeis pasado bien; voy a ver todas las fotos en la web del Club."

"Sí, y no te olvides de ver también el vídeo que suele hacer Rafael de cada ruta; se toma tantas molestias para grabarnos mientras el grupo va caminando, haciendo sus tomas, procurando que salgamos todos, y que cada lugar significativo por el que pasamos quede grabado también..."

"Sí, es verdad; gracias por recordármelo...¡me voy a verlo todo...!

TEXTO: MARILÓ
FOTOS: CLUB SENDEROS
TRACK Y PERFIL: MANOLO Y ENCARNI

jueves, 22 de marzo de 2012

Vertiente del río Dilar y Los Alayos

Una vez más hemos encaminados nuestros pasos hacia esa zona de sierra nevada, tan especial y tan diferente que es la vertiente del rio Dilar y Los Alayos, sus barrancos dolomítico, sus dunas y su suelo cargado de carbonatos de  calcio y magnesio hacen que solo algunas especies de plantas adaptadas a este entorno puedan prosperar y vivir en ellos y en este entorno tan agreste y duro hemos desarrollado nuestra ruta de este domingo.


Un nutrido grupo de compañeros hemos viajado en el autobús que nos ha acercado a Cumbres Verdes, para iniciar una marcha que nos ha llevado primero al Mirador de los Alayos

 desde aquí siguiendo la senda que parte de este punto subir primero a la toma del canal de La Espartera
después de atravesar el rio Dilar ,que por cierto baja con muy poco agua , nada que ver con el caudaloso arroyo que encontramos el año pasado, nos hemos dirigido en una casi interminable subida a través de un frondoso bosque, al Collado del Pino
 donde hemos podido contemplar unas fantásticas vista de los tresmiles más meridionales Sierra Nevada, aunque la sequia que padecemos este año les reste un punto de espectacularidad por la escasez de nieve no por ello dejan de impresionarnos.
 Girando la vista  para mirar la senda que traemos, podemos contemplar al fondo El Trevenque  llamado ,el rey de la media montaña granadina tan inhiesto y orgulloso en su soledad, parece retarnos en la lejanía .
 Mirando hacia la vertiente del rio Durcal podemos ver Los Gallos,
 ya iniciando de nuevo la marcha seguimos por el sendero que recorre todos los Alayos, sendero muy deteriorado por la erosión del suelo lo que nos hace en mas de una ocasión, temer por nuestra integridad física,
 luego de bordear Los Castillejos  y el Corazón de la Sandía ascendemos a Picacho Alto,  

 lugar escogido para hacer un alto y reponer fuerzas .
 Son poco mas de las dos y madia de la tarde cuando iniciamos la bajada hacia la localidad de Dilar, nos dirigimos primero al Collado de La Mala Mujer
 a unos doscientos metros para llegar nos desviamos por la rambla del barranco Poca Leña para llegar al pinar y bajar por la Cuesta Blanca a la ermita de Dilar
 el día ha sido caluroso y la fuente que encontramos en este paraje , sacia  la sed y nos limpia la garganta del polvo que hemos tragado en el secarral de los Alayos

poco nos falta y en animada charla llegamos a Dilar, aun tenemos tiempo mientras esperamos al autobús de línea, de tomar una cervecita en el restaurante “Las Mimbres” por otra parte bien ganada, la ruta ha sido de cerca de veinticuatro kilómetros y unos mil cincuenta metros de subida acumulada . Misión cumplida por hoy y ya estamos pensando en la próxima salida. Nos vemos. Hasta siempre.

TEXTO Y FOTOS: ANTONIO CORTÉS

miércoles, 14 de marzo de 2012

La Tiñosa, el techo de Córdoba

       Con un magnífico día y un nutrido grupo de asistentes, entre los que reencontramos a compañeros que llevaban tiempo sin salir con el grupo, encaramos con alegría la subida a La Tiñosa desde la aldea de Las Lagunillas, a unos doce kilómetros al sur de Priego.


       La subida desde allí es corta, unos seis kilómetros, y comienza con una cómoda pista  que, con el fondo de la Sierra de Alhucema, nos lleva hasta el cortijo Alto de Torres, hasta donde se podría llegar en coche para quitarse una media hora de subida.


     El camino discurre, en este tramo, entre olivares que pronto se mezclan con hermosos quejigos que todavía muestran sus ramas desnudas por el invierno.

   
       Desde el cortijo, continuamos por un sendero que nos lleva, en una subida cómoda, al Puerto Mahina  y que se abre en varias opciones, por lo que, siguiendo nuestra tradición, cada uno subió por donde le pareció mejor. Incluso hubo quien decidió "saltarse" el Puerto y "atacó" directamente el Morrión.


       Desde el Puerto, la subida se hace más intensa y por peor terreno, pero ya sólo quedan unos 360 metros de desnivel.


         Siguiendo una zigzagueante vereda llena de piedras sueltas, alcanzamos la base de el Morrión.


      Y, como no podía ser de otra forma, nos acercamos a su cueva, expresión de la naturaleza caliza del terreno en que nos encontramos. Parece que se hallaron en ella restos arqueológicos pero, en la actualidad, sólo vemos, y olemos, que ha sido utilizada para refugio de ganado. Desde allí, las vistas ya son magníficas hacia el sur y, a pesar de la neblina que se mantuvo todo el día, se podía apreciar el pantano de Iznájar.



         A partir de ese momento, la subida a la cumbre discurre por una zona de piedras irregulares y de formas sugerentes, capricho de la erosión sobre la roca caliza.


       Por fin, alcanzamos la cima, junto con una familia que llevaba un niño de unos siete años que estaba deseando llegar para dejar su nombre estampado en el libro de cumbre.


        Gozamos un rato de las vistas, aunque la neblina no nos dejó disfrutarlas a placer; Sierra Nevada era una sombra en el horizonte pero sí veíamos los puntos más próximos, al norte, la Ermita de Cabra o las Buitreras, cerca de Carcabuey.
     Con la satisfacción del deber cumplido, iniciamos el descenso al Puerto de la Mahina, donde nos esperaban algunos compañeros, por el mismo sendero de subida, excepción hecha de un par de intrépidos que decidieron buscar una nueva ruta. ¡Si no hacemos tres o cuatro grupos, vamos sufriendo!


          Desde la Mahina, y después de una relajada comida, pusimos rumbo norte. En el autobús habíamos decidido que, desde La Tiñosa, iríamos andando hasta Priego; lo hicimos, primero, por una vereda continuación de la que traíamos de Alto de Torres, y que, en este caso, nos llevaba al Cortijo de las Chozas de Toledo, rodeados por encinas, algunas magníficas, y por el arroyo de Petronilo seco este año sin lluvias.


      Después del cortijo, el camino se convierte en pista que nos permite disfrutar de algunas vistas magníficas de la Tiñosa y de algunos paneles explicativos de las características geológicas de la zona.


     Como el cerro Majano donde la presencia de radiolaritas permiten la aparición de la jara pringosa en medio de una zona predominantemente caliza.


         La pista, que nunca es demasiado agradable para caminar, nos llevó por medio de olivares, disfrutando de perfiles sorprendentes  de la sierra de Alhucema, cuando echábamos la vista atrás; de las Buitreras y de pequeños narcisos, mensajeros de  la primavera inminente.




        Y así llegamos a Priego, después de unos 17 kilómetros según la gráfica que, como siempre, nos ofrece Manolo.


     Una vez allí, nos quedamos en el primer lugar que nos ofreció una terracita donde refrescarnos, como manda la tradición, antes de emprender la vuelta.

Las fotos son de Encarni y Manolo, Concha y Victoria.

TEXTO: VICTORIA.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Sierra de Lujar por el Barranco de los Castillejos

No conocía la Sierra de Lujar, y  lo poco  que había leído sobre ella, me había hecho
 preconcebir una imagen muy diferente de lo que he podido comprobar en la ruta de
 este domingo 

Un vistazo al cartel informativo
 Tal como dice el título de esta entrada, se había programado la subida a la Sierra de Lujar
por el Barranco de los Castillejos y para ello nos hemos dado cita un animoso grupo de 
integrantes del club, dispuestos a afrontar una ruta que se preveía como muy dura,
 Hemos iniciado el camino por la llamada" ruta de los mineros "pues hay gran cantidad de minas en esta zona
y aunque en los primeros kilómetros  se camina cómodamente por una ancha pista, pronto el camino pasa
a convertirse primero en senda y poco a poco en una adivinanza a ver quien encuentra la senda
 pero cuando dejábamos de mirar para el suelo y levantábamos la vista, la belleza agreste del barranco lo envolvía todo y nos llenaba los ojos de  color, dureza, y formas difíciles de definir

Aquí la vida parece querer unir  vegetal y  mineral en un solo ser y podemos ver como de una
 enorme pared de roca, crecen arboles y plantas, que parecen alimentarse de esta

  
Comunión entre vegetal y mineral


El camino va ascendiendo y podemos comprobarlo tanto en nuestras piernas como en el GPS
estamos llegando al final del barranco y el camino se hace mas pesado no solo por la inclinación
 del terreno  sino también por gran cantidad de arces, quejidos, y espinos que crecen  salvajes
 y nos impiden caminar con comodidad
 Si  hasta aquí, el camino nos ha parecido duro, lo que nos esperaba era mucho mas que duro,
han sido una subida  por una pedrera casi vertical en la que adelantábamos  un paso  para al poco resbalar y retroceder dos
 Ya en la zona alta donde medran el pino silvestre , el piornal y los herbazales de lastón nos encontramos con retazos de nieve que se empiezan a derretir embarrando el empinado suelo arcilloso lo que convierte los últimos metros en una lucha contra la maleza, el barro que se nos acumula en las botas y las pocas fuerzas que nos quedan 



Poco a poco vamos alcanzando nuestro destino y las vistas que desde aquí obtenemos 
nos compensan con creces el esfuerzo derrochado
 Hemos ascendido en unos diez kilómetros mas de mil quinientos metros de desnivel de ellos casi la mitad
en los últimos dos kilómetros 
 Después de reponer fuerzas hemos iniciado la vuelta, no sin antes hacer un tímido amago de llegar a las antenas, pero después de sopesar el tiempo que nos queda de luz y la distancia de regreso, decidimos ser prudentes y dejarlo para mejor ocasión
 La vuelta la hemos hecho por la pista que baja por las minas, que aunque mas largo el camino, es mas cómodo, así y todo llegamos a los coches anocheciendo.
ha sido un día agotador pero satisfactorio mi gps me dice que hemos recorrido casi veinticinco kilómetros con un nivel acumulado de 1612 metros
Cada día me admiro mas de la capacidad del ser humano , quiero felicitar desde aquí  a todos los compañeros que han completado esta dura subida y en especial a los que alcanzado la edad de setenta 
años, aun nos dan lecciones de resistencia, espero y deseo que nos las sigan dando durante muchos años mas.

TEXTO, PERFIL Y FOTOS: ANTONIO CORTÉS