viernes, 2 de marzo de 2012

Del Cristo del Zapato a los humedales de El Padul

Después de unos días de intensas heladas, a las que ya no estamos acostumbrados, la primavera nos esperaba en el Valle de la Alegría. A pesar del puente, nos juntamos un grupito bueno al que se unieron dos nuevos compañeros que parece que disfrutaron del día. Comenzamos nuestra ruta en la parte alta de Pinos del Valle con un recuerdo de tiempos pasados:


No podíamos pasar por allí sin subir a la ermita del Cristo del Zapato, tradición obliga.



Las ganas de disfrutar de las magníficas vistas sobre el Valle, Sierra Nevada y la costa también ayudan a subir.



Desde allí iniciamos la bajada hacia Restábal, a ratos por veredas, a ratos por cortafuegos y otras veces por pistas. ¡No nos privamos de nada! Por eso no perdemos la sonrisa.



El trazado de la ruta nos resulta suave y vamos tranquilos, disfrutando del paisaje y de la charla. De momento no tenemos ninguna cuesta que subir y sabemos que la ruta no es muy larga, sólo unos 23 kilómetros.


En Restábal nos esperaban los naranjos con sus brillantes colores (a juego con la camiseta del club). La pena fue cuando bajamos al río Dúrcal y vimos los naranjos y los limoneros quemados por las heladas del mes de febrero. Después de pasear tantos años por este valle, es la primera vez que vemos semejante destrozo.


A partir de aquí tocaba subir, hasta alcanzar la cabecera del Barranco del Búho, unos trescientos cincuenta metros de desnivel por la Cuesta de Granada, para llegar a Cónchar, pequeña localidad que conserva la calma y la hospitalidad de los pueblos de antes. Es agradable recorrer sus blancas y limpias callejuelas. Y aprovechar para tomar allí la "cervecilla", porque da la casualidad de que llegamos a la hora de comer. ¡Qué coincidencia!


El camino entre Cónchar y Cozvíjar transcurre por antiguos caminos rurales rodeados de almendros o de pinos, según las zonas, hasta salvar el barranco de Alcázar.


El ambiente de calma y placer se vio interrumpido por la caída de nuestra "presi"; aunque recibió unos primerísimos auxilios al borde mismo del arroyo, para eso teníamos representación del cuerpo sanitario entre los senderistas.
 Desde aquel momento, poco disfrutamos del camino, sólo pensábamos en llegar cuanto antes a un lugar donde la pudiesen recoger con coche. Pero, como es tan dura, aguantó el camino hasta El Aguadero sin una queja.
Para disfrutar con más calma de los humedales de El Padul, tendremos que volver otro día. Para disfrutar de la compañía de nuestra presidenta por la montaña, esperemos que falte poco.



TEXTO: VICTORIA
Fotos de Encarni y Manolo, Rafael y Victoria.

2 comentarios:

  1. Hola Marilo, no sabía que habías pasado tus entradas a este blog, simplemente vi que tardabas en publicar, y mirando el otro blog me extrañó que no estuvieran tus entradas senderistas....
    De todas formas no sé si éste está operativo aún ....
    Me agrego para seguirte!!!

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    1. Hola,Kum; éste NO es mi blog.
      Es el blog del club de senderismo al que pertenezco: si te fijas, no escribo yo la mayoría de las entradas.
      Me paso por el tuyo y te cuento!
      Mariló

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